Cuando se trata de optar por una cirugía de reemplazo de cadera, la elección del tipo de abordaje quirúrgico es fundamental.
Debido a los avances de técnicas y mejoras en los implantes en traumatología, la colocación de prótesis de cadera mediante el abordaje anterior, una técnica que está revolucionando el campo de la ortopedia por sus notables ventajas y su enfoque mínimamente invasivo.
Entre los métodos existentes, la prótesis de cadera por vía anterior ha ganado atención debido a sus beneficios en la recuperación temprana.
En este artículo, desglosaremos todos los detalles de este procedimiento, desde sus beneficios y preparativos hasta los cuidados postoperatorios y alternativas existentes.
Historia y desarrollo del abordaje anterior
El abordaje anterior para la cirugía de cadera no es una novedad del siglo XXI. Fue descrito originalmente por Carl Hueter en 1871, pero fue Smith-Petersen quien realmente popularizó este enfoque en Estados Unidos y el mundo angloparlante en 1917.
A lo largo del tiempo, el uso del abordaje anterior ha fluctuado, enfrentando escepticismo inicialmente debido a problemas de exposición inadecuada hasta su renacimiento en la década de 1980 gracias a los avances en las técnicas y la mejora de los implantes.
¿Qué es la prótesis de cadera por vía anterior?
La prótesis de cadera por vía anterior es una técnica de cirugía que permite reemplazar la cadera dañada a través de un acceso directo desde el frente del muslo.
Lo especial de este método es que se realiza entre los músculos, sin necesidad de cortarlos, lo que facilita una recuperación más rápida y menos dolorosa.
Este enfoque preserva los músculos abductores y rotadores de la cadera, esenciales para la estabilidad y movilidad.
¿Por qué se realiza?
Esta técnica se utiliza principalmente para tratar condiciones severas como la artrosis, que desgasta las articulaciones, o tras fracturas de cadera, donde otras opciones no son viables.
Según estudios revisados (1, 2), como los publicados en bases de datos clínicos y revisados por pares, los pacientes que se someten a este tipo de cirugía experimentan un alivio significativo del dolor y una recuperación de la movilidad más rápidamente en comparación con técnicas tradicionales.
¿En qué consiste el procedimiento?
Durante la operación, el cirujano hace una incisión en la parte frontal de la cadera. Utilizando un enfoque intermuscular e internervioso (entre los músculos y nervios sin dañarlos), el cirujano retira la articulación dañada y coloca la prótesis.
Este método minimiza el trauma en los tejidos blandos y reduce tanto el dolor postoperatorio como el tiempo de recuperación.
Estudios clínicos (3) han demostrado que los pacientes pueden incluso comenzar a caminar al día siguiente de la cirugía con ayuda, un punto clave que diferencia este abordaje de otros.
¿Cómo es la preparación?
A pesar de que la preparación para esta cirugía es similar a otros tipos de abordajes, el uso de fluoroscopia intraoperatoria ha demostrado ser una ventaja considerable, ayudando a posicionar de manera precisa la prótesis. Esto es particularmente relevante dado que una colocación adecuada puede reducir significativamente las complicaciones a corto y medio plazo.
Incluye evaluaciones médicas para asegurarse de que el paciente esté en condiciones de someterse a la operación, instrucciones sobre medicamentos que se deben evitar antes de la cirugía, y protocolos de ayuno.
La preparación mental y el entendimiento claro de lo que involucra la cirugía también son cruciales, aspectos que tu equipo médico te ayudará a manejar.
Cuidados tras la intervención
Postoperatoriamente, es vital seguir un plan de rehabilitación para fortalecer la cadera y restaurar la movilidad.
Los pacientes generalmente reciben medicación para controlar el dolor y pueden comenzar ejercicios de rehabilitación bajo supervisión poco después de la cirugía. Mantener la herida limpia y seca es fundamental para prevenir infecciones.
Los estudios sugieren que la mayoría de los pacientes logran recuperar su marcha normal y efectuar actividades diarias con mayor facilidad en comparación con técnicas más invasivas.
Prótesis de cadera vía anterior: Caso real 👨⚕️
En este vídeo comparto el caso de una paciente, entusiasta del yoga y la natación, acudió por un dolor en la rodilla, pero el análisis reveló que el problema principal era la cadera.
Presentaba dificultades para mantenerse sentada sin deslizarse, problemas crecientes para calzarse y dolor en la ingle, lo que indicaba un problema de cadera severo.
Las radiografías mostraron una artrosis significativa en la cadera, peor que en las rodillas, lo que propuso que cualquier tratamiento debía comenzar por la cadera para ser efectivo.
Debido a su edad (60 años) y la necesidad de una solución duradera, se optó por implantar una prótesis de cadera utilizando un enfoque innovador: el abordaje anterior.
La cirugía se llevó a cabo con éxito, permitiendo una intervención mínimamente invasiva y la posibilidad de una recuperación ambulatoria rápida.
Se anticipaba que la paciente podría irse a casa después de una o dos noches en el hospital, siempre y cuando manejara bien las muletas y no presentara complicaciones postoperatorias.
Este caso destaca la importancia de estar a la vanguardia en técnicas quirúrgicas para mejorar los resultados de los pacientes.
¿Qué alternativas existen?
Si bien el abordaje anterior ofrece muchas ventajas, existen alternativas como los abordajes lateral, posterolateral y anterolateral, cada uno con sus propias ventajas y desventajas.
La elección del abordaje puede depender de varios factores como la anatomía del paciente, las condiciones específicas de la cadera y la experiencia del cirujano.
Según los estudios, mientras que la recuperación inicial puede ser más rápida con el abordaje anterior, los resultados a largo plazo son comparables entre los diferentes métodos.
Optar por una prótesis de cadera por vía anterior puede ser una excelente opción para aquellos que buscan una recuperación más rápida y menos dolorosa.
El abordaje anterior para la prótesis de cadera representa un avance significativo en la cirugía ortopédica, ofreciendo ventajas importantes en términos de recuperación y reducción del dolor.
Si bien es cierto que la técnica requiere una curva de aprendizaje específica y presenta desafíos únicos, los beneficios a corto y medio plazo, especialmente en términos de funcionalidad postoperatoria y confort del paciente, hacen que valga la pena considerar esta opción.
Como en cualquier procedimiento quirúrgico, la elección del abordaje debe ser personalizada, teniendo en cuenta la afección específica del paciente, las habilidades del cirujano y las facilidades del centro médico.
Si necesitas una consulta inicial para evaluar esta posibilidad de tratamiento conservador, puedes pedir cita en nuestra consulta.